lunes, 20 de agosto de 2012

La Catedral de San Antolín






La Santa Iglesia Catedral Basílica Metropolitana de san Antolín, sede episcopal de la diócesis de Palencia, se encuentra en la ciudad española del mismo nombre, en la Comunidad Autónoma de Castilla y León. Está dedicada a san Antolín, patrono de Palencia.
Se trata de un edificio de estilo predominantemente Gótico, aunque conserva elementos anteriores, de época visigoda y románica, y elementos decorativos renacentistas, barrocos y neoclásicos.
Sus más de 130 metros de longitud la convierten en una de las mayores catedrales de España en cuanto a sus dimensiones; su ábside roza los 30 metros de altura y la anchura es de 50 metros en el crucero, más otros tantos del claustro y sala capitular. El exterior carece de una fachada principal propiamente dicha y se presenta austero y macizo, situación que no refleja la grandeza de su interior, donde pueden verse más de veinte capillas de gran interés artístico e histórico.
Aunque la construcción de la catedral gótica duró desde el siglo XIV hasta el XVI, en realidad lo que hoy día se observa ha tardado casi catorce siglos en ser levantado, pues la parte más antigua de la Cripta de San Antolín data del siglo VII y hubo importantes obras y reformas en el siglo XX.
El elemento más reconocible al exterior es la torre, elevada y sobria, algo tosca teniendo en cuenta su pertenencia al estilo Gótico. Estudios recientes y excavaciones demuestran que fue torre de carácter militar en el pasado y tras cumplir esa función se le añadieron pináculos y espadaña como única decoración.
La planta de la catedral es de cruz latina y tiene la peculiaridad de contar con un crucero doble, por lo que también dispone de cinco puertas, formando así una planta en forma de cruz patriarcal. Esto es debido a que a mitad de la construcción se decidió sustituir el primitivo crucero por un segundo, más monumental. Ambos cruceros sólo se marcan en alzado y no sobresalen en planta.
Es llamada popularmente La bella desconocida. Fue el primer monumento del municipio de Palencia en ser declarado como Monumento Nacional, distinción que obtuvo el 3 de noviembre de 1929.1
En el solar donde ahora se halla la catedral hubo en la Antigüedad un templo de culto pagano. Ese templo se debió sustituir más tarde por otro paleocristiano. De ninguno de los dos queda memoria en el emplazamiento del edificio actual.
El vestigio más antiguo es el fondo de la Cripta de San Antolín, que es el resto de un edificio visigodo de mitad del siglo VII, construido con y sobre restos romanos.2 No se sabe con exactitud quién construyó esta parte antigua. Se supone que tal vez se levantó en tiempos del rey Wamba para guardar las reliquias de San Antolín que este rey trajo desde Narbona en el 672, cuando era obispo Ascario.
Tras la dominación musulmana, en tiempos de Sancho III el Mayor se restauró la diócesis palentina en su antigua sede de la ciudad de Palencia.3 El rey encargó su organización al obispo Ponce (o Poncio) que gobernó desde 1035 a 1037. La diócesis necesitaba una sede, eligiéndose su ubicación en el mismo lugar que ocupaban las ruinas visigóticas, que fueron ampliadas y restauradas. En 1035 y ante la presencia de Sancho el Mayor, de la corte y de varios obispos, se consagró el nuevo edificio con lo que quedó configurada la cripta de San Antolín tal y como puede verse en la actualidad.4
Años después de esta restauración y probablemente en tiempos del obispo Raimundo (1148-1184) se edificó un nuevo templo en estilo Románico que fue consagrado en 1219, en tiempos del obispo Tello Téllez de Meneses (1208-1247). En documentos oficiales se denomina a este templo honestissima lapidum domus. Constaba de tres naves, varias capillas, una portada al oeste y una torre. Su cubierta era de madera. Tenía también un claustro y sala capitular. Los restos arquitectónicos que se conservan sirven para determinar su situación y sus dimensiones aproximadas. En la actual capilla mayor se mantienen columnas y capiteles que hacen pensar que aquella zona correspondería al ábside. También se guardan, procedentes de aquella catedral románica, algunos objetos litúrgicos y esculturas en piedra policromada, el sepulcro de doña Urraca (hija de Alfonso VII) y la mesa de altar de piedra que se apoya sobre columnas con capiteles de la capilla del Sagrario. La reja que sirve de puerta a la misma capilla es también románica.
La Catedral Gótica (1321-1516)
La catedral románica tuvo un siglo de existencia. Al cabo de esos cien años el obispo Don Gómez, de acuerdo con el cabildo, propuso levantar en el mismo lugar un nuevo edificio, al estilo del momento, es decir, el Gótico. Se supone que se tomó esta decisión por el mal estado en que se encontraría el edificio románico y por las necesidades de que Palencia tuviera una sede digna del prestigio que había tomado la diócesis.
El 1 de junio de 1321 se colocó la primera piedra ante la presencia del legado pontificio, cardenal Guillaume Pierre Godin, (obispo de Santa Sabina, Italia) y de varios obispos españoles. Ese año regentaba la catedral Juan II (1321-1325). Se desconoce el nombre del autor de las trazas, aunque por su obra se supone que era un maestro-arquitecto español que se inspiró en las catedrales de Burgos y León. Está documentado el primer canónigo obrero o fabriquero, Juan Pérez de Acebes, que era prior de la abadía de Husillos y comendador.
Desde 1321 a 1516 se distinguen tres etapas constructivas:
§  La primera se extiende desde 1321 a 1426, en que se comienza la cabecera que se fue completando con siete capillas absidales y la girola. Las obras continuaron lentas a lo largo del siglo XIV.
§  La segunda comprende desde 1426 a 1486, cuando se construyen tres tramos de las naves más la nueva capilla mayor y parte de la torre. Quedaron cerradas las bóvedas de la girola y se construyeron los dobles arbotantes y el triforio. A finales de este siglo se cambiaron los planes que se tenían desde el principio con respecto a la longitud del templo, con el proyecto de ampliarla un tramo más. Estos cambios se efectuarán en el siglo siguiente. Existe una bula de Inocencio VIII a fecha de 1486 que expresa que en esta fecha se hallaba todavía a la mitad de su construcción y descubierta casi toda, lo que puede llevar a pensar que la catedral románica no desapareció de una vez, sino que se fue derribando según avanzaban las obras.5
§  La tercera etapa va desde 1486 a 1516, bajo el mandato de los obispos fray Alonso de Burgos, fray Diego de Deza y Juan Rodríguez de Fonseca, con los arquitectos Bartolomé y Martín Solórzano, Juan de Ruesga, Juan Gil de Hontañón y Pascual de Jaén, que puso la última piedra cerrando las bóvedas de los pies. Se realizaron los cinco restantes tramos de las naves más el crucero, el claustro y la sala capitular.6

 

Maestros constructores, obispos y mecenas

Entre 1397 y 1415 las obras de la catedral recibieron un gran impulso bajo el obispado de Sancho de Rojas. Es cuando se termina la capilla mayor cerrando sus bóvedas y se procede a su decoración, sufragada por este obispo a quien sucedió Gutierre Álvarez de Toledo, desde 1426 a 1439 y después Pedro de Castilla Eril desde 1440 a 1461. Durante el mandato de estos dos obispos tiene lugar la segunda etapa de construcción de que se ha tratado en la sección anterior. Con Gutierre Álvarez dirige las obras como maestro mayor Isambart (o Ysambert o también Isabrante).7 Este obispo se ocupó de que las obras no decayeran y a tal efecto aprobó la creación de la Cofradía de San Antolín en 1432 de la que se recibirían donaciones importantes.
Su sucesor, Pedro de Castilla, consiguió que se acelerase el ritmo de las obras. Bajo la dirección del maestro mayor Gómez Díaz se construyó la parte que comprendía desde la capilla mayor ya terminada hasta el crucero. Con esta ampliación se hizo realidad el proyecto de agrandar los planos cuyas proporciones iban a ser menores en un principio. De esta manera quedó la catedral diseñada con dos cruceros, el auténtico y más ancho que se sitúa entre la actual capilla mayor y el coro, y el falso crucero, más estrecho, que se extiende a continuación de lo que fue capilla mayor (hoy capilla del Sagrario).
Entre 1461 y 1469 tiene lugar el obispado de Gutierre de la Cueva. El maestro de obras sigue siendo Gómez Díaz que reedifica y termina la torre. A su muerte es contratado Bartolomé Solórzano que será maestro mayor hasta comienzos del siglo XVI (1504) haciendo los planos y dirigiendo numerosas obras de ampliación durante los obispados de Diego Hurtado de Mendoza (1473-1485), fray Alonso de Burgos (1486-1499) y fray Diego de Deza Tavera (1500-1505). Estos dos últimos obispos dominicos son grandes impulsores y entusiastas que consiguen un gran avance en la edificación de la catedral. Con fray Alonso comienza la tercera y última etapa del gótico. Es un hombre inquieto, con grandes recursos para aportar soluciones y buscar medios para conseguir la culminación de las obras. Su mejor gestión fue conseguir del Papa el permiso para que el Cabildo de la catedral de Palencia pudiera destinar durante 35 años unas determinadas rentas con destino a las obras de esta fábrica. Además legó millones de maravedíes para la catedral en general y para el comienzo de la construcción del claustro. Bajo su mandato se terminó el crucero (1497) y se dio un gran avance en el siguiente tramo, avance que llegó casi hasta los pies del templo. El otro gran obispo dominico, Diego de Deza, contrató al maestro Martín Ruiz de Solórzano para la culminación del edificio; pero en 1505 el obispo es trasladado a Sevilla y el maestro Martín muere.
Otro gran adelanto tuvo lugar gracias a Inés de Osorio, gran dama palentina que murió viuda y sin descendencia y dejó en su testamento una generosa donación con la que se pudo dar fin a las bóvedas del crucero y avanzar en otros espacios. Esta señora está enterrada en el lateral de la actual capilla del Sagrario, en un notable sepulcro, obra de Alonso de Portillo.
El siguiente obispo fue Juan Rodríguez de Fonseca, cuyo mandato duró casi 10 años, de 1505 a 1514. Fue un gran mecenas. Contrató al maestro constructor Juan de Ruesga, que se ocupó de las obras pendientes, y al maestro Juan Gil de Hontañón para la culminación del claustro. Antes de que los trabajos se terminaran, el obispo fue trasladado a Burgos, así que el final de estos trabajos tuvo lugar bajo el mandato de Juan Fernández de Velasco, obispo desde 1514 a 1520, con el cierre de las bóvedas del claustro, sala capitular y otras del templo que aun quedaban, cuya última piedra fue colocada en 1516 por el maestro Juan de Jaén. Con esto se da por terminada la catedral gótica.

Obras hasta el siglo XX

Durante los siglos siguientes tuvieron lugar una serie de obras destinadas fundamentalmente a amueblar y embellecer el templo.
En el Renacimiento, los hermanos Corral de Villalpando decoran algunas capillas y bóvedas, destacando las filigranas que embellecen las claves de las bóvedas de la capilla mayor. El claustro bajo se reforma en el siglo XIX bajo el mandato del obispo Mollinedo y de 1884 a 1901 se producen restauraciones de varias capillas. Los arquitectos Ángel Cadano, M. González Rojas y Juan Agapito y Revilla restauran los arbotantes de la cabecera.
En el siglo XX tienen lugar obras en las cubiertas y crestería, siendo su arquitecto Jerónimo Arroyo. Fernando Chueca Goitia colocó la portada de la fachada oeste, y a partir de 1998, se limpian y restauran la torre, el ábside y las portadas, y se mejoran las cubiertas.


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